Laura Macaya Andrés en Gasteiz
Estoy re-escuchando la conferencia que ofreció Laura Macaya Andrés en noviembre de 2019 en la Escuela de Empoderamiento Feminista de Vitoria. Se titula Estrategias feministas contra el punitivismo. La ponente vino de Cataluña y es militante anarcofeminista y especialista en violencias de género. Estuve en la conferencia y he esperado impaciente a que la subieran a la videoteca de la Escuela para volver a oírla y reenviarla a algunas amigas. Los puntos de vista de la activista pueden también encontrarse en los medios de comunicación (por ejemplo, aquí, y más recientemente, sobre la sentencia a la manada arandina, aquí). Pero recomiendo vivamente la charla:
Al principio de su exposición, y tras explicar de qué cuestiones va a tratar, Macaya Andrés propone el marco de relación/participación que ella desearía que se estableciera entre las personas asistentes (minutos 12:33-14:10). Transcribo el pasaje a continuación.
“También decir que todas estas reflexiones son reflexiones que yo he ido haciendo a los largo del tiempo en mi práctica profesional, en mi militancia política, no sola, obviamente, sino que también con otras compañeras, con otros compañeros, cuando he estado militando en movimientos mixtos, y que están abiertas a discusión, están abiertas a debate, son cosas que probablemente necesiten matices en algún momento, pero, como yo soy muy bruta, pues yo os las explico así a lo bruto, y entiendo que vamos a ver si conseguimos que los posicionamientos no sean ataques y podamos intentar partir de esa buena intención de la otra sin pensar que la otra está bajo alguna sospecha de algo, ¿no? Vamos a intentarlo. Ya sé que no me conocéis, pero yo os lo pido así de entrada para que quede claro, ¿no?
“Que también otra de las lógicas del castigo tiene que ver precisamente con eso, ¿no?, con todas esas dinámicas de violencia interna que muchas veces nos impiden hablar tranquilamente o poder plantear cuestiones que nos generan dudas. Y que siempre nos genera un poco de miedo decir según qué cosas porque vamos a ser acusadas de algo. Y entonces esas dinámicas de castigo, no sólo en las redes sociales, sino en las asambleas, en las charlas y tal, eso también forma parte de las lógicas del castigo, que tienen que ver con la eliminación de la otra y la imposibilidad de vernos en lugares de incertidumbre. Que el castigo nos evita estar espacios de incertidumbre porque es muchas veces la propuesta fácil, bueno, a veces fácil para nada, pero sí al menos es la propuesta que no requiere ponernos en cuestión o estar en esos espacios más inciertos”.
Pues esta es la propuesta de relación/participación a las asistentes a la sesión. Casi nada.
A continuación, Laura Macaya Andrés hace su exposición, tan interesante como alejada de lo que estamos acostumbradas a escuchar –y a menudo a decir– sobre la violencia sexual y los castigos que merecen los agresores.
Para este texto que escribo ahora, sin embargo, me quedo con los dos párrafos que he transcrito. Lo que nos propone Macaya Andrés, en su aparente simplicidad, me remueve y me lleva a preguntarme por los modos de funcionar de/en los espacios feministas y de activismo en general.
Miquel Missé en Barcelona
Se ve que es una reflexión compartida, porque acabo de escuchar al activista trans catalán Miquel Missé en una mesa redonda reciente (sobre el transfeminismo hoy, el 17 de diciembre de 2019, que se puede ver aquí), decir lo siguiente (minuto 47:30):
“Si pudiéramos hacernos preguntas un poco arriesgadas en un contexto de no desconfianza, en el que nadie atribuye malas intenciones a nadie, sino que todo el mundo estamos aquí en una lógica de construir movimientos más potentes de transformación social y que sean inclusivos y que sean respetuosos… Y que sobre todo llamen a la gente que no está en nuestras filas, que llamen a la gente que hoy nunca vendría aquí porque considera que no va de lo suyo, y que queremos que cuanta más gente estemos aquí, pues más fácil será cambiar según qué estructuras…”
Y sigue Miquel Missé diciendo cosas muy pero que muy interesantes (tal como suele), pero que no vamos a abordar ahora.
Los tres ponentes que participan en la mesa inciden más adelante en esa misma cuestión del trato entre activistas, sobre la forma de escucharse y sobre la posibilidad de equivocarse que creen que debería existir. Missé recuerda la hostilidad que él mismo ha recibido por sus posturas políticas y señala la importancia de ver cómo nos tratamos en el movimiento feminista (minutos 1:40:12 a 1:43:00).
¿Revisarse?
Y ahora tocaría revisarse, ¿no? O al menos confrontarse con la propuesta. Así que me pregunto:
–¿Cuál es el marco de relación/participación/trato en los espacios de activismo, intercambio de ideas… en los que participo?
-¿Qué marco de relación/participación/trato promuevo yo con mi manera de participar en espacios de activismo, intercambio de ideas…?
-Si mi modo de interaccionar no es el que proponen Macaya Andrés y Missé, ¿por qué no lo es? ¿Lo he decidido yo así? ¿Qué razones podrían subyacer en mi modo de participar?
-Por otro lado, ¿ocurre que no expreso mis dudas, matices, desacuerdos… en espacios de activismo o de intercambio de ideas por temor a una reacción punitiva precisamente de aquellas personas cercanas a mí ideológicamente? ¿Cuándo me ocurrió la última vez? ¿Les sucederá esto también a otrxs?
-¿Hay participantes a quienes se castiga menos que a otrxs por mostrar dudas o discrepancias de posiciones mayoritarias en espacios de activismo? ¿O, dicho de otra manera, hay participantes con más legitimidad o libertad para expresarse y para “equivocarse”? ¿De qué factores depende?
-¿Deberían tener ese marco de relación/participación/trato que proponen Macaya Andrés y Missé todos los espacios del activismo, o sólo si lo negociamos? ¿Cuándo sí y cuándo no?
Mi prima
Que dice mi prima que todo esto no se entiende bien y que por qué no pongo ejemplos concretos. Qué ganas de lío tiene. Me ha recordado algunos momentos que hemos visto y vivido de respuestas punitivas de unas activistas contra otras, respuestas que han podido servir, de paso, para disciplinar de modo preventivo a terceras que no quieran quedarse fuera de onda, y también para, directamente, ahuyentar a algunas otras más. Pues mira, maja, no, de eso nada. Qué necesidad. Y qué miedo. No tengo ni twitter, con que…