Aho-bilorik gabe. “Gueto”, “opresión”, “opresores y oprimidos”, “concentraciones”, “excluyen y marginan”, “contra la clase trabajadora”… Horiek dira F. Javier Murillok eta Cynthia Martínez-Garridok erabiltzen dituzten terminoak REICE aldizkarian, eskola segregazioari dedikatutako ale monografikoan. Eufemismorik ez haien artikuluan, monografikoari sarrera ematen dioena eta “Presentación. Segregación escolar como opresión” deritzona (5-8 or.)*
[Ikus hemen: REICE Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación 2020 urria, 18 (4). Ale monografikoa: Segregación escolar].
Murillo eta Martínez-Garrido ikerlari eta aditu ezagunak dira segregazioaren gaian. Murillok ibilbide zabala dauka arlo horretan eta hainbat ikerketa eta argitalpen plazaratu ditu. Hori azaldu beharrekoa da, ulertarazteko adierazpen gordin horiek ez direla momentu bateko leherketa, urte askotan zehar garatutako ezagutza sakonaren ondorioa baizik. Filosofia batetik abiatuta, noski, justizian eta ekitatean sinesten duena.
Sarrera ez da luzea eta merezi du oso-osorik irakurtzea. Nork? Irakasleok, noski, eta, nagusiki, gure hezkuntza administrazioaren arduradunek. Behin maskarak erorita, zer egin behar dute gure zuzendariek tamaina horretako bidegabekeriaren aurrean? Orain arteko ezer eza? Hogei urte barru segregazioa izango da oraindik gure hezkuntza sistemaren ikurra? Duela hogei urte bezala? Ez digu lotsarik ematen?
Egun hauetan hasi gara administrazioaren ahotsak entzuten Hezkuntza Hitzarmenaren inguruan, etorkizuneko Euskal Hezkuntza Legearen oinarria jarriko duena. Duela urte batzuk hitzarmen moduko bat plazaratu zen jada, eragile ugarik dezente kritikatu zutena, non euskal hezkuntzaren sisteman izugarria den segregazioaren gaia ia ez zen ukitzen. Patata beroa da gure hezkuntza sisteman, argi eta garbi, horregatik gaude gauden bezala, baina patatari heldu beharko diogu azkenik, solitarioan tranpak egiten betirako ez jarraitzeko. Izan ere, hortxe dago galdera nagusia: Hezkuntza Legean eta bertara eramango duen prozesuan, zein leku izango du segregazioa deseraikitzeak? Bidean, segregazioa erauzteko keinu batzuk ikusten hasi beharko genuke; bestela, nekez sinestuko dugu hitzen haratago benetako asmoa dagoenik. Zenbat hitz/plan/dokumentu/adierazpen/hitzarmen/prentsaurreko… eta ze asmo eta errealitate gutxi, orain arte eta urte askotan zehar administrazioan…
REICEko sarrera horren paragrafo batzuk ekarri ditut testu honetara. Sarreraren ondoren artikulu akademiko sorta luze bat aurkituko dugu aldizkarian, hainbat testuingurutako eskola segregazioan zentratuta, sarreran azaldutakoa berresten dutenak. Azken artikulua, Mohamed Chamseddinerena, biziki gomendatuko nuke: “Segregación y Exclusión Escolar de la Primera Generación de Alumnado de Origen Migrante: De la Integración a la Desintegración” (363-378). Titulua nahiko esanguratsua da, ezta?
Zenbait paragrafo (Letra lodia nirea da)
“No seamos inocentes. La segregación no es un efecto colateral indeseado producto de inocentes políticas educativas que solo buscan mejorar la calidad de la educación. La segregación escolar es un acto consciente y deliberado de opresión –en el sentido de Iris Marion Young (2011)– por el cual los grupos que ostentan el poder separan, excluyen y marginan a colectivos minoritarios, impidiéndoles, de esta forma, recibir una enseñanza de calidad. Sin esta concepción de segregación como ejercicio de poder, no estamos captando la verdadera magnitud de la segregación escolar, ni seremos capaces de comprenderla, ni podremos rearmarnos para luchar contra ella.
“[…] la segregación escolar existe porque un grupo de estudiantes es forzado, involuntariamente, a concentrarse en determinadas escuelas, en guetos. Ello invita a pensar la segregación como una relación de poder entre segregadores y segregados, entre opresores y oprimidos.
“Este año que celebramos el medio siglo de la publicación de uno de los libros sobre educación más importantes de la historia, y el más citado en la actualidad, “Pedagogía del Oprimido” de Paulo Freire (1970), y a las puertas de conmemorar el centenario del nacimiento del genial pensador brasileño, puede ser relevante retomar la opresión en educación como concepto. Desde luego, en la actualidad, los oprimidos de la educación son los niños, niñas y adolescentes recluidos en guetos por su situación de pobreza, por haber nacido en otro país, por pertenecer al pueblo gitano o algún otro grupo étnico-cultural minoritario, o por su discapacidad. Los opresores son los grupos económicos y políticos que generan, favorecen y alientan la segregación, o que no ponen los medios para compensar las desigualdades que se producen con esta situación. Las administraciones públicas, educativas y económicas, son corresponsables de esta situación; corresponsables por acción u omisión, por fomentarla o por no evitarla.
“Los centros educativos segregados son lugares complejos. Las respuestas normativizadas que reciben de las administraciones públicas están muy lejos de responder a sus necesidades reales. La rígida burocracia muestra su peor versión al ser incapaz de aportar una respuesta diferencial a las exigencias de estos centros. De esta forma, se convierte en endémica la escasez de recursos y de profesionales de la educación que soportan. Así, ratios que para centros no segregados pueden ser razonables se convierten en insuficientes para dar respuesta a una población estudiantil que necesita apoyo diferencial que compense sus carencias. Y lo mismo se puede decir de los profesionales especializados, en estos centros su presencia es especialmente necesaria, y no siempre se cuenta con ellos. […]
“Tenemos evidencias de que la segregación escolar está en estos momentos en unos niveles inaceptables en muchos países. Y la situación no parece mejorar. Quizá porque se genera por mecanismos más sutiles y difíciles de visibilizar y combatir, porque se viste de palabras tales como libertad de elección o de autonomía escolar, o porque se remata con una falaz igualdad de oportunidades, que acaba responsabilizando al estudiante del fracaso del sistema. Al fin y al cabo, no lo olvidemos, la segregación escolar no es una anomalía del sistema, es una realidad buscada deliberadamente para legitimar una sociedad injusta.
“En la actualidad, el mecanismo más sutil, pero también más eficaz, para lograr esa segregación es la aplicación de la lógica del capitalismo a la educación: la creación de cuasimercados escolares. Recibir una educación de calidad ya no es un Derecho Humano que las administraciones públicas deben garantizar para todos y cada uno de los y las estudiantes. Ahora es un bien que se somete a las leyes del mercado, que se compra, se vende y mercadea, eso sí, con dinero público. El Estado desaparece en el uso y la gestión del dinero de todos y es sustituido por el mercado; o, mejor dicho, el Estado y su voraz burocracia interviene solo para promover e incentivar lógicas de elección entre la oferta y la demanda del sistema educativo. Y, como producto, concentraciones de los hijos de los poderosos en unas escuelas y guetos escolares para los estudiantes más vulnerables.
“Así, algunas de las necesidades de este cuasi-mercado escolar son, por ejemplo, contar con una oferta variada: sin que los centros sean diferentes entre sí, difícilmente pueden competir. […] Pero también hace falta “liberad de elección”, que genera la desaparición de todo tipo de límites para que las familias pueden elegir el centro más adecuado. Libertad falaz, dado que sólo los padres de cierto nivel socioeconómico y cultural hacen uso de esa liberad. Es la libertad de la clase media y alta contra la clase trabajadora. Eso sí, todo bien financiado con fondos públicos.
“La segregación escolar es, hoy por hoy, el mecanismo más eficaz que tiene la sociedad de legitimar las desigualdades sociales. Sin duda, si queremos una sociedad más justa e inclusiva, acabar con la segregación ha de convertirse en la máxima prioridad ética.”
Argi dago, ezta? Eta orain zer?