Máscaras, mascarillas...
Parece que serán una de las características que seguiremos teniendo en
la nueva (a)normalidad. O sea, que ya no serán exclusivas de turistas orientales. Claro que en ese campo también hay clases.
Porque hay quien sigue la máxima de "antes muerta que sencilla" pero al revés; protegido sí, pero con estilo... aunque no sé yo si todas esas mascarillas de diseño serán tan eficaces y eficientes como las sanitarias recomendadas de menos glamour. Además de quien la lleva conjuntada con su ropa, pongamos por caso, otro ejemplo de personalización: vi en una foto las que tenían
mi tocayo y su chica, del
resturante Ikaro, en las que tenían mascarilla con huevos fritos (he encontrado que son de
NonaPapallona). Y es que la búsqueda en Google de "mascarillas de diseño" da más de 36 millones de resultados; ahí es nada. De modo que como esto siga... nicho de negocio a la vista.
Y lo de reconocer... volviendo a Terol, decía que él conoce por los dientes y que tiene un problema (para quien no oye y tiene que leer los labios, un auténtico problema, chistes al margen, aunque ya han debido diseñar mascarillas transparentes). Pero da mucho de sí, que ya escribía
Pablo Martínez Zarracina en El Correo (no enlazo a la columna concreta, por aquello de las visitas limitadas a la web, pero escribía sobre elecciones: mascarillas y papeletas) que enmascarados nos parecemos más a la foto que tenemos en el DNI. Eso sí; en la última renovación me mandaron repetir las fotos (de carné, claro) porque no se habían dado cuenta y me las habían sacado con las gafas (las graduadas habituales, no oscuras o de sol) lo que no debe estar permitido.
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Alex Borland. Dominio público. |
Eso sí. Tengo alguien muy cerca que se mosquea si alguna persona se acerca con mascarilla de las de válvula. Y ni te cuento si también lleva guantes.
